Correspondiendo y oyendo
hablar a lenguas aromáticas,
ya sin rubor (pues en este
sitio apartado puedo expresarme como no
me
atrevería a hacerlo en otra parte),
siento en mi con fuerza la
vida que no se exhibe, que sin embargo
todo
lo contiene,
Viejo blanco barbudo, viejo querido, Whitman sálvate del cielo o el
infierno que te rodea, sálvate de dioses o furias, de fuegos o nubes. Hazme el
favor; no caigas, no mueras de enserio esta vez.
Porque mientras todo esto, tu estarás vivo en estas palabras que nos matan.
…
Hola Robert, tanto tiempo, me gusta lo que escribís, si querés pasar por mi blog estás invitado.
ResponderEliminarsiempre paso ;)
Eliminar