Porque estaba carcomido de palabras, enfermo de palabras, atado de palabras, asesinado de palabras, ya casi muerto de palabras (...)

Gudiño Kieffer

martes, 7 de febrero de 2012

68

La húmedad dibujando círculos, cuadrantes, triángulos, formas sin sentido alguno. La húmedad en su faceta destructiva, la espalda vieja, porque no habré echo lo que tenía que hacer, pero el doctor, en fin.
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La húmedad entrándote arriba del colectivo repleto, en las caras sudadas tempranamente, que cosa che este tiempo, si la verdad, y el malhumor conjunto de la parada, del todos agarrados del caño y guarda en la esquina, guarda que este no frena y este tiempo loco, y esta húmedad que nos pega, nos chorrea, nos asquea, nos babea, nos altera, nos pegotea, nos pisotea, que gente che, que tiempo che, que húmedad che, porque no te volves al sur, si acá vos ves, este colectivo, esta Buenos Aires que nunca se seca de ella misma. Porque no te volves si acá el recuerdo vos sabes, vos lo ves; bah quizás ya no es recuerdo, quizás tu vida ya sea un recuerdo Lucas, quizás tu vida ya sea el recuerdo de ella, ella no muerta, el recuerdo en vida de una Laura llorando en tu tumba (en mi tumba) el recuerdo de un Lucas muerto de húmedad arriba del 68, si sabes che, lo que mata es la húmedad.

4 comentarios:

  1. Mi piacce mi piacce, amico. Ti Voglio bene... jeje. la tana

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  2. "che, lo que mata es la húmedad"... como siempre bueno, muy buenos tus escritos. :)

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  3. Cuánta humedad y cuánto en tan pocas líneas. Puede que la humedad desaparezca en algún momento, pero never se seca sin dejar alguna huella, algún recuerdo...:) Y que bueno que estés publicando en tu blog. Brindo con vos por eso.

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